Tras la muerte de su esposa y la gemela de su pequeña hija en un accidente automovilístico, Ernesto descubre que su hija de ocho años se comporta de una manera extraña y traumatizante. Pasan los meses y en una oscura noche de invierno la pequeña niña no puede dormir. Una risa desde la habitación de su hija interrumpe y desconcentra al padre de su lectura, preocupado va a verificar que su hija se encuentre bien, sin imaginarse con lo que está a punto de descubrir: algo más los acompaña esa noche.